7 de julio de 2016
A
veces no se cae en la cuenta de la labor de un solitario concejal de oposición,
de izquierdas, en medio de una apabullante mayoría absoluta de derechas como la
del PP en la legislatura anterior, hasta que no pasa algo como lo ocurrido la
pasada semana: la noticia de declaración de Bien de Interés Cultural del
Laboratorio de los Ingleses, un conjunto de edificios singulares, cuyo destino
no le importaba a nadie, siendo tanto así que el Gobierno Municipal de
Guadalajara, del PP, decidió, en octubre de 2014, derribarlo en el plazo de dos
meses. Pues bien, estar pendiente de estas cosas, a veces tiene premio y, en
esta ocasión, este ha llegado casi dos años más tarde. Años en los que estos
edificios se han ido deteriorando más y más, como ocurre también con el poblado
de Villaflores, abandonado a pesar de haber sido declarado BIC, también por la
insistencia que como concejal de la oposición ejercí durante los años del
rodillo del PP. Lamentablemente no se pudo parar el derribo del Palacio del
Vizconde de Palazuelos (edificio de El Boquerón en la Plaza de San Esteban),
que fue recurrido y bendecido por la justicia.
En
el año 2011, cuando todavía gobernaba Barreda en la JCCM, solicité la
declaración de Bien de Interés Cultural del Laboratorio de los Ingleses, de la
mano de Pedro Pradillo y basándome en un trabajo suyo, que daba argumentos
exhaustivos sobre la necesidad de protección de estos edificios. Se debió
perder por algún cajón dicha solicitud, porque ni el Gobierno de Barreda ni el
de Cospedal que le sucedió hicieron lo más mínimo por estos edificios, hasta
que ocurrió lo del derribo.
Tuvo
que ser el Decreto Municipal de 7 de octubre de 2014, que daba un plazo a los
propietarios de dos meses para llevarlo a cabo, el que activara la declaración
de BIC, tras recurrir dicho Decreto y poner en conocimiento de la JCCM tan
pernicioso acuerdo, recordándoles que ya en 2011 se había solicitado su
protección. En este caso sí que se actuó correctamente y hoy estamos en
condiciones de preservar unos edificios que fueron muy importantes en su época
para la economía de Guadalajara, entre otras cosas, para que las generaciones
futuras no conozcan solo por fotografías o vídeos el ya escaso Patrimonio de esta
ciudad.
Decía
al principio, que a veces no se cae en la labor de un solitario concejal de
oposición de izquierdas en medio de una aplastante mayoría absoluta de
derechas, hasta que no ocurre una cosa como esta. Ni siquiera uno mismo cae en
ello mientras está trabajando, absorto en el día a día, durante años. En mi
caso, un año después de dejar la primera línea, ya he podido hacer, desde fuera
y con cierta perspectiva, un balance de mi trabajo político, también como
concejal. Un trabajo que ha ido mucho más allá de este episodio referente a
nuestro patrimonio, si bien el tema me ha venido "a huevo" para inaugurar
el blog que hace también un año me ofreció la amiga Blanca Corrales y que hace
unos días, cuando nos hemos visto por casualidad, me ha recordado... y ahora sí
que no tendría ninguna excusa.
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